
Cómo Ser Tanto Precavido Como Optimista en la Defensa de los Niños
El abuso sexual infantil crece en el silencio. Prospera cuando nos negamos a verlo o hablar de ello. Prospera cuando no queremos admitir que es tan frecuente como lo es y que podemos hacer algo al respecto. Prospera cuando no estamos defendiendo activamente a los niños de ello.
Al mismo tiempo, los psicólogos están de acuerdo en que el optimismo, la felicidad y las «ilusiones positivas» conducen a una vida mejor.
Entonces, ¿cómo nos mantenemos optimistas a la vez que mantenemos seguros a nuestros hijos?
Como dice el proverbio ruso, «Confía, pero verifica.»
Pasa tiempo con tu hijo
Ya sea que tu hijo tenga 6 o 16, es una buena idea pasar tiempo con ellos siempre que puedas. Asistir a sus prácticas, ensayos, actividades de grupo juvenil, etcétera, puede ayudar mucho en la creación de una buena relación con tu hijo y enviar un mensaje claro a cualquier agresor que tu hijo no es un blanco fácil. No tienes que ser «padre acaparador » y nunca dejar a tu hijo fuera del alcance de tu vista, pero asegúrese de que está allí para apoyarlos,en sentido figurado o literalmente, sin importar dónde está o qué está haciendo.
Sé consciente de tu círculo de confianza
Tu hijo confiará en las personas en las que tú confíes. Observa detenidamente tu círculo de amigos y familiares. ¿Por qué confías en ellos? ¿Hay alguien que te hace sentir a ti o a tu hijo, aunque sea un poco incómodo? Puede ser difícil ver a la gente cercana como posibles agresores, pero estadísticamente hablando son los que están más propensos a abusar de tu hijo. Si no puedes soportar la idea de mirar a la gente que amas como un agresor, cambia tu visión. ¿Cómo puedes asegurarte de que esta persona se convierta en un aliado y protector de tu hijo? ¿Cómo puedes conseguir que te ayuden a defender a los niños?
Sé abierto con tu hijo
Educar a tu hijo sobre la sexualidad saludable es una parte importante de protegerlos. Crear un diálogo abierto y tener una comunicación abierta, honesta y amorosa con ellos les ayudará en cada aspecto de su vida. Además, profundizará tu relación con ellos y creará un vínculo de confianza. Si tú hablas con ellos acerca de las relaciones, te puedes centrar en los aspectos positivos y amorosos a la vez que los educas a estar atentos a las señales de advertencia cuando de abuso sexual se trata. Tu hijo podrá buscar lo mejor de las relaciones, y entender qué cosas son alertas.
Sé vigilante.
El adagio «espera lo mejor, pero prepárate para lo peor» funciona bien al hablar de abuso sexual infantil. Edúcate a ti mismo, a tu círculo de confianza, y a tu hijo en cuanto a las cosas a las que se debe estar atento, a maneras de minimizar el riesgo, y a dejar claro que están abiertos a hablar al respecto. No necesitas convertirte en un manojo de nervios sobre todas las cosas que pueden salir mal, pero tampoco quieres poner tu cabeza en la arena y creer que nada malo va a pasarle nunca a nadie.
Ser optimista puede parecer lo opuesto a ser precavido, pero no tiene que ser así. Da un respiro profundo, mira el lado positivo y habla abiertamente sobre tus preocupaciones. Puede ser difícil hablar con tu hijo, pero vale la pena. Lo prometemos. Defender a los niños del abuso sexual siempre vale la pena.
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