Hay 10 herramientas que los padres pueden utilizar que minimizarán el riesgo de que sus hijos sean abusados sexualmente. Una de esas herramientas es establecer límites saludables para ellos.

Delinear límites claros para tus hijos, incluyendo las reglas, las horas de acostarse, los límites de tiempo frente a pantalla, las rutinas diarias, etc., le permite a un niño saber lo qué se espera de ellos. Entonces pueden predecir lo que sucederá en su vida cotidiana, reduciendo la ansiedad y permitiéndoles prosperar. Los límites saludables ayudan a protegerlos y mantenerlos seguros. También le permiten crear y continuar la comunicación abierta con su hijo.

A continuación hay una lista de cinco maneras de reforzar los límites saludables que has establecido y fomentan la comunicación abierta, cualquiera que sea la edad de tus hijos:

01

Comienza una nueva rutina

Si no tienes ya una rutina diaria, considera crear una para tu familia. Consistencia en despertar, en ir a la cama, y en los horarios de las comidas, te permite tener tiempo establecido para que interactúes con tus hijos. Si estás corriendo de un lugar a otro, una rutina puede crear orden en el caos.

02

Establece las expectativas

Con una rutina necesitas establecer las expectativas. ¿Qué se espera de tu hijo y cuándo? Un niño no puede respetar límites si no los conoce.

03

Cenan juntos.

Cuando se le preguntó cuál es la práctica número uno que evitaría que un niño sea abusado sexualmente durante su infancia, el notable psiquiatra Bessel van der Kolk dijo simplemente: «cenas familiares». Apaga el televisor, guarda los dispositivos electrónicos y estén juntos. La conversación y el escuchar que se producirán, según Van der Kolk, crearán un vínculo de confianza entre padres e hijos.

04

Dales responsabilidad.

Permite que tus hijos estén a cargo de algo. Siempre y cuando sea apropiado a la edad se beneficiarán de ello. Si saben de lo que son responsables y cuando, sentirán un sentido de logro y control en lo que hacen.

05

Mantén las consecuencias consistentes

La responsabilidad y las consecuencias van de la mano. Si tu hijo no cumple con sus responsabilidades (razonables y apropiadas para su edad), debe haber una consecuencia cada vez. La consecuencia, como la responsabilidad, debe ser razonable y adecuada a su edad.

No hay dos niños iguales, así que mantén eso en mente al crear límites para tus hijos. La misma respuesta no encaja para todas las situaciones. Tú conoces a tu hijo mejor que nadie y puedes fijar límites apropiados para él o ella como individuo. Con la seguridad de los límites saludables, estarás creando un diálogo abierto con tus hijos, lo que les permite prosperar dentro de parámetros saludables, y reduciendo al mínimo el riesgo de que sean abusados sexualmente.

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